Hola a todos! Vuelvo al foro por Navidad ^^
Tras más de dos meses, refloto el hilo para contaros mis experiencias.
La Mí¼hle R89 era una máquina preciosa. Muy bella. Un acabado espectacular, y con cierto peso. En la mano se sentía muy bien. Pero los afeitados no fueron satisfactorios con las Gillette Platinum rusas. Le di varias oportunidades, pero acababa con la cara hecha un cristo. Inflamada, irritada, enrojecida, con la carne caliente, y cortes, bastantes cortes...
Es cierto que no hay que ejercer presión alguna. Pero esto para alguien que no está acostumbrado a tratar con estas cuchillas, es algo difícil de asimilar. Por mucho que me lo repitiera, la tendencia es a presionar hasta cortar bien el pelo. Y si no presionas, sin la técnica adecuada, acabas con zonas en las que queda barba.
Tras probar con los dos jabones, diferentes longitudes de barba, diferentes estados de la piel, etcétera, decidí que el afeitado clásico no era lo mío. Conseguí deshacerme de la Mí¼hle R89 recuperando prácticamente todo lo invertido, y volví a la Mach 3.
Aquellos días fueron gloria. En 5 minutos pim-pam, tras espumarme la cara (a esto del jabón y la brocha no voy a renunciar), con pasadas cortas y rápidas a contra pelo, me dejo la cara apurada a la primera, sin tener que volver a espumar. Es rápido, es práctico, y en mi caso, me produce mucha menos irritación que la maquinilla tradicional; quizás porque doy una sola pasada.
Yo sé que esto es un foro de afeitado con maquinillas doble filo o navaja, y aunque tengáis un apartado de multihojas, parece que no os molan mucho.
Pero, como os dije en mi presentación, si tengo algo que decir, lo haré libremente, y mi experiencia ha sido esa. Al final, he vuelto a la multihojas. Lo siento si he defraudado a alguno.
Sin embargo, la cosa no quedó ahí. Y es que tras probar el afeitado clásico, me quedó la espinita de volver a darle otra oportunidad.... (Continuará)