Hombre no hay que ponerse drásticos y pensar que se puede a morir uno por tomarse una lata (como un comentarista de esa web jejeje), pero sí que da un poco de asquete pensar las condiciones en las que se almacenan muchas mercancías...
Las fotos de cervezas de trigo me acaban de recordar la tradición bávara de dejar siempre el poso: según leí un día viene del siglo XVII, XVIII o por ahí, de las múltiples guerras de la época en las que abundaban los mercenarios y los reclutamientos forzosos por las altas bajas; según parece, un enrolado voluntario era oficialmente un soldado cuando recibía su primera paga, aceptando un contrato por un tiempo. Pues bien, algunos reclutadores poco honestos se dedicarían a invitar a rondas por las tabernas, poniendo una moneda en el fondo del vaso de forma que al apurar el vaso se le cae a uno en la cara o la boca... momento en el cual uno aceptaba involuntariamente el sueldo y ¡era reclutado al instante!
No sé será cierta la historia o será algo como el coco, pero suena curiosa y según parece se considera de mal fario apurar un vaso de cerveza de trigo... ¡ya sabéis!