Como algunos habréis comprobado en el "afeitado del día" hoy me he afeitado con un cabezal Gillette GII sin banda lubricante montado en un mango compatible, no en el original de Gillette. Sí, ¡Fernando (VerdaKrajono) con una multihojas! ¡Ha sucumbido a las fuerzas del maligno! Bueno, maticemos un poco. La GII/TracII fue la primera multihojas de Gillette. Vio la luz en el año 1971. Tenía un cabezal fijo, lo que no era novedad, y doble cuchilla, que sí que lo era desde luego. "La primera afeita y la segunda apura" decía la publicidad sobre estas nuevas maquinillas de cabezales desechables. Más adelante le añadieron una banda deslizante blanca. Y a partir de ahí comenzó una carrera a toda velocidad para ofrecer nuevos modelos con "mejoras" se necesitasen o no: cabezales basculantes, bandas levantapelo, vibración y más y más cuchillas...
Ya han pasado más de 40 años desde el lanzamiento de las maquinillas GII y se siguen utilizando. Los cartuchos de estas maquinillas no se encuentran con facilidad en los comercios modernos (yo encontré los que tengo en un supermercado de barrio), pero lo mismo ocurre con las cuchillas de doble o simple filo. En esto no es la demanda quien tiene la palabra sino la estrategia de las marcas que es fomentar el paso a sus nuevos y más caros modelos desatendiendo los anteriores ya amortizados. Vía internet se encuentran con facilidad recambios de nueva factura, con y sin banda lubricante, y maquinillas originales o compatibles. Creo que no me equivoco si considero a la GII/TracII como una maquinilla clásica más.
Para el primer uso de este cabezal intencionadamente no usé espuma hecha con brocha sino emulsión Myrsol por dos motivos, el primero porque tengo experiencia con ella ya que la he usado muchas veces como sustituto del jabón de afeitar y segundo porque quería evitar posibles atascos de la maquinilla si la espuma me salía muy densa como acostumbro a hacer ahora que prácticamente solo me afeito a navaja.
El mango y su soporte son metálicos, dorados y bastante pesados. Creo haber visto algún mango Merkur de similares formas, aunque desconozco el fabricante del mío. Sea como sea, es un mango que al principio da la sensación de resbalarse y ser incómodo pero en el uso esa sensación desaparece manejándose con facilidad y seguridad. El centro de gravedad está bastante alejado del cabezal, por lo que las sensaciones son diferentes a las típicas de una "doble filo" o de una monofilo tipo Schick. Me ha gustado usar este mango y además hasta queda bien expuesto sobre su soporte en una balda del baño flanqueado por unas brochas.
El cabezal GII me ha gustado mucho. Me ha proporcionado un afeitado suave, sin atisbo de irritación y con un apurado muy bueno, mejor de lo esperado. No ha habido problema alguno de atascos pese a tener barba de tres días, eso sí, cada pocas pasadas abría el grifo y dejaba que durante un par de segundos el chorro limpiase el espacio entre las cuchillas. Nada, pues, de los típicos golpecitos contra el lavabo. La emulsión Myrsol resultó ser una elección más que acertada.
Tengo que darme más afeitados con este cabezal probándolo con mangos más ligeros para acercarme a las sensaciones originales que proporcionaba montado en su propio mango y para ello tengo ya preparado un Wilkinson WII que encontré, como a veces pasa, buscando otras cosas. También habrá que probar con espumas hechas con brocha, tanto de jabones como de cremas. Un nuevo camino que explorar y del que disfrutar.
Como conclusión provisional diré que la experiencia en el afeitado clásico, que facilita y mucho controlar ángulos y presiones sin estar pendiente de ello durante el afeitado, se puede disfrutar de casi cualquier instrumento diseñado para el afeitado. Con algunos de ellos se descubren placeres que no lo fueron cuando se usaron por primera vez años atrás. Ahora toca abrir cajones y dar una nueva oportunidad a esas viejas multihojas de la primera etapa, auténticas clásicas del afeitado.
