Hola a todos!
Una vez al mes la señora trevize y yo solemos visitar alguna feria de antigí¼edades/coleccionismo por si aparece algo y aunque a veces sí hay alguna cosa, lo habitual es volver a casa con las manos vacías. Lo que no es tan corriente es hacer una visita a los suegros el sábado y entre unas cosas y otras, tu suegra te dice que ha estado hablando con una vecina y que le ha dicho que puede tener algo para ti y que te lo regala encantada.
A eso de las cinco de la tarde mi suegra recibe un whatsapp de la vecina diciendo que suba trevize por la joya de la corona. Allí sube trevize, su mujer y la suegra a darle las gracias a esta vecina y ver que es lo que tenía.
Su primera frase "esta es de las modernas y no vale nada" no parecía augurar nada bueno. Con estos antecedentes, yo me preparaba para recibir una shavette o alguna navaja destrozada y dar las gracias por las molestias de andar revolviendo la casa.
En esto, la señora va a un mueble y me entrega esto:



¡Una doble temple del 14 de las de la época de José Monserrat Pou, con el ancho entero y CACHAS ROJAS!
Le digo que me está dando una joya y ella me dice, ¿una joya? ¿esta? ¡Ay, trevize, si vieses lo que tiré de un familiar! Navajas con cachas de nácar, de tortuga, con hojas aún envueltas en el papel para que no se oxidasen ... :lloron: :lloron::lloron😃aban ganas de llorar allí mismo. Me dice "te hubiese duplicado la colección sólo con lo que tenía el" me reía pero lloraba por dentro. De todas formas, me prometió que revolverá la casa para buscar si aparece algo más, que podría ser...
Así me llevé una sensación agridulce, alegre por el pedazo regalo que me habían hecho :zzap: y triste por esas antiguas huerfanitas que acabaron en un contenedor como cualquier otra basura :lloron:
Pues esto es todo, el relato de un sábado que debido a la lluvia preveía como de tele y sofa convertido en un día de caza mayor.
Saludos!