Se acerca el 5 de septiembre, fecha fatídica en mi pequeño pueblo cercano a Coruña, Carral. Era un día de fiesta, en el que además se corría un tramo del Rali de A Coruña. Ese día de fiesta acabó con 8 fallecidos y 14 heridos.
A medida que se acerca el día empieza a salir noticias en la prensa y uno vuelve a recordar.
«Solo puedo recordar a mi hijo tirado en la cuneta, no veía nada más»
El accidente se produjo en un tramo al que yo siempre iba hace años, cuando se celebraba el Rali Ciudad de Cristal, era un punto que todos considerábamos seguro, no era la escapada lógica de una salida de carretera, era la zona derecha una recta con fuerte pendiente descendente después de una curva a derechas, creíamos que en caso de producirse sería hacia el lado contrario, hacia la izquierda. Ese día pasó lo que nadie preveía.
Yo me dirigía a ese punto con mi hijo de 12 años, pero mi mujer se retrasó y llegamos tarde, no quise cruzar la carretera con los coches pasando y busqué otro punto. Llevo un año dándole vueltas a esta situación, pensando que pasaría si hubiese salido con tiempo de casa, pensando en mi hijo y mujer.
Dos de los muertos fueron la hermana y sobrina de mi mejor amigo, con el cual yo me situaba en ese tramo para ver el antiguo Rali.
Ese día escribí atropelladamente en mi Facebook, el siguiente texto, una forma de desahogarme:
"Es Sábado las 19:00, les digo a mi mujer e hijo que apuren que llegamos tarde al tramo, quería llevar a mi hijo a ver los rallies como yo los vi hace años, velocidad, ruido de motores, derrapes, olor a rueda quemada. Salimos de casa y con paso apurado nos dirigimos hacia el punto en el que hace años me situaba para ver el rally Ciudad de Cristal. Por el camino oimos pasar a los primeros coches, como yo creía ya no vemos a los primeros. Llegamos al punto y está lleno de gente, encuentro un sitio que creo seguro, tengo unos árboles delante, y se ve bien la carretera. Llevo a mi hijo para allí y mi mujer se queda hablando con una amiga. Vemos pasar los coches, desde donde estamos los vemos salir de una curva a derechas después de la cual toman una recta con una pronunciada pendiente descendiente que acaba en una curva a izquierdas, espectacular.
Después de ver varios coches vemos que uno sale mal de la primera curva, mete una rueda en la cuneta y se abalanza contra el talud al lado de la carretera. Todo sucede muy rápido, el coche se para y se escuchan gritos, la gente de echa a la carretera a ver que ha pasado y si puede echar una mano. Mi mujer aparece corriendo y preocupada ya que no sabía dónde estábamos. La primera reacción es llamar a mi primo sabía que estaba en la zona, la primera llamada no contesta, la segunda apagado, a la tercera contesta diciendo que está bien. Me llama mi hermana preguntando qué tal estamos y me dice que tanto ella como mi padre están bien, no sabía que ellos estaban por la zona.
Me acerco a la zona del accidente, es terrible, un caos. Empieza a llegar la guardia civil, ambulancias... Decidimos irnos ya que allí sólo estorbamos. Por el camino a medida que nos cruzamos con gente nos comentan los rumores que corren, nos dan nombres que esperas que no sean verdad.
Por la noche, ya en casa se confirman los nombres que no quería oír, yo los conocía, durante años venían a mi casa y yo a la de ellos en las fiestas de pueblo. Durante la noche mi hijo duerme mal, se despierta nervioso, lo que yo quería que fuese una tarde bonita compartiendo mi afición con mi hijo, se convierte en un trauma para él.
Ya por la mañana sólo puedo pensar en el piloto, vecino de Carral, las familias de los muertos y en mi buen amigo que ha perdido a parte de su familia.
Terrible."
Hoy después de leer la noticia en La Voz de Galicia, siento que tengo que volver a desahogarme y, aunque no escribo mucho en este foro, empiezo a sentiros como de la familia.
Gracias por leerme, un saludo a todos.