Eso es un tesoro. Yo pasaría hambre antes que venderlas; pueden tener un buen precio pero su valor, al pertenecer a tus ancestros, es incalculable. Y sí, te temblará el pulso al afeitarte con cualquiera de ellas. Yo llevo siete años afeitándome a navaja y, a veces, me tiembla el jodido (sobre todo cuando hago pases en diagonal, oreja-boca o viceversa, por las inmediaciones de los pómulos, que es mi zona chunga), pero oye, esto es como la diferencia de subir en coche o en moto (en moto te da el fresco en la cara y se te pone una sonrisa, de satisfacción, de oreja a oreja). Atrévete y disfrútalas mucho, amigo.