Es importante que la barba llegue hasta el suelo, para que nos sirva de cepillo aplicador de betún y así siempre irá a juego con los zapatos, dándose brillo mutuamente. Mientras que la barba crezca y por siempre jamás nos afeitemos, podemos frotar los zapatos sueltos por la barba superior.
Aquí un ejemplo de un hombre debidamente combinado, por muchos conocido, procedente del futuro:
