Como contaba en tu otro hilo, no quiero hacerlo a diario. Los motivos los explicito en este: 1) no agredir la piel y 2) ahorrar tiempo. Dicho esto, llevo un tiempo considerando reducir el intervalo, porque realmente quiero un coco como el que tú quieres.
Me lo afeito cada 4 días más o menos y me gustaría pasar a la mitad. Es tan sencillo como hacerlo y casi ratificar un resultado satisfactorio, pero temiendo volver —acaso un poco— a la rutina, a la tediosa mecanización de lo que, también recientemente, se ha convertido en un placer.
Pretendo que cada vez sea un deleite con alguna variación conducente a la experiencia ideal, óptima. Mi economía no me permite disponer de 10 brochas de punta de plata y 10 jabones franceses (me alegro de quien puede) que multipliquen exponencialmente las combinaciones (poco a poco, ya sé).
P. D.: El punto es de no retorno pero, si cauto, mejor.