Gracias Alfredo por el vídeo. Ya veo que no soy el único que ha hecho ese tipo de cosas. Cuando hice el Camino de Santiago en la mochila llevaba una maquinilla de plástico de esas azules que se tiran y me afeitaba con lo que pillaba, jabón, gel, champú ... a veces me di una pasadita en seco para que no creciera demasiado. No fueron los mejores afeitados de mi vida por supuesto, pero en el camino de peregrino se hacen tantas cosas no habituales y especiales que esta era una más.