Las fragancias del grupo Z son muy originales y variadas, en función de la época del año, o sea, de las temporadas, como si quisieran adaptarlas a las prendas de vestir, como un complemento más.
Reconozco y valoro esa creatividad y muchas veces las he probado, pero, cuando me voy de la tienda tras haber decidido (casi) comprar ésta o aquélla, se me va quedando en la nariz y en la memoria un regusto persistente a artificial que, poco a poco, termina por quitarme las ganas y la intención de llevármela a casa.
Una lástima, de verdad.