Me llegan rumores de que mi jabón favorito de supermercado iban a dejar de venderlo. Miro en el armario y solo me quedan dos pastillas.
Un sudor frío recorrió mi espalda y salí a toda prisa a mi Mercadona más cercano y no había ni uno. ¡HORROR!
Bajo al garaje a por el coche para ir a otro supermercado y he tenido suerte.
De lavanda solo quedaba una. De las Termal dejé cinco en la estantería por si otro ansioso va en busca de ellas.
