Al parecer, Elemis es una de las mayores empresas dedicadas a los tratamientos corporales a lo largo y ancho del mundo; a través de su amplia red de spas y salones.
Paralelamente, comercializan su propia línea de productos para que puedan ser adquiridos de manera independiente sin necesidad de acudir a sus centros.
Aparte de los lugares comunes frecuentes en el marketing de este tipo de productos, presumen de lo natural de los ingredientes que usan en su elaboración.
Mi acercamiento personal al producto objeto de esta revisión venía dado inicialmente por mi interés en abordar el tema del post-afeitado desde el flanco de las empresas/laboratorios dedicadas a la elaboración de productos específicos para el cuidado de la piel; como contraposición a las genéricas marcas de cosméticos/perfumes a las que estoy acostumbrado.
En este caso, además, me pareció especialmente interesante el hecho de que se tratara de una máscara (a retirar con posterioridad a su aplicación) en lugar del habitual gel que debe ser absorbido en su totalidad (o casi) por la piel.
El afeitado lo realicé con jabón Martin de Candre espumado en la cara con un tejón (muerto) silvertip de Edwin Jagger y máquina de la misma marca modelo Chatsworth (mismo cabezal, como sabéis, que la famosa DE89L y demás miembros de la familia). La cuchilla era una Crystal Super Platinum en su segundo uso (siendo mejor que el primero, por cierto). El apurado, bastante bueno (cuasi CDB, diría). Para rematar, al cabo de unas dos horas de retirada la máscara, usé una crema hidratante de Payot; ya que el producto de Elemis parecía tener propiedades calmantes pero no hidratantes.

También debo añadir que era mi cuarto día de barba, tras tres sin afeitarme, dado que deseaba dar un respiro a mi piel tras mis primeros afeitados clásicos (cinco, si no llevo mal las cuentas).
Bueno, al lío:
1.- Composición

2.- Presentación
Tubo de plástico de 75 ml con tapón dosificador.
3.- Rendimiento
El prospecto dice que hay que darse una fina capa, pero como se trata de un producto bastante seco con un color muy parecido al de la piel, tiendes a asegurar el tiro tratando de no dejarte zonas sin aplicar; lo cual va en detrimento del rendimiento, entiendo.
4.- Aplicación
Con las manos, sobre la cara limpia y seca hasta formar una capa uniforme.
Se retira al cabo de 10-15 minutos (en mi caso fueron 15) lavando la cara con agua templada.
5.- Absorción
No se absorbe (obviamente, ya que se trata de una máscara).
6.- Propiedades hidratantes
No las tiene, aunque tampoco parece resecar la piel (como sí ocurre, sólo por poner un ejemplo, con el alumbre).
7.- Propiedades calmantes o balsámicas
íste es para mí su punto fuerte. Con la cara recién afeitada (hipersensible, por tanto), tras el ligero picor de la aplicación (no superior, tampoco, al que sentiría con un bálsamo convencional; algo inferior, a decir verdad), cara y cuello se quedan como adormecidos. En el buen sentido, se entiende, no como cuando se te duerme una pierna; para que nos entendamos. Es más bien como cuando estás en un taller con mucho ruido, entras en la oficina, cierras la puerta y todo se queda en un apacible silencio (que ejemplo más tonto, ¿no?; pero a mí es el que me viene a la cabeza).
También debo decir que, habitualmente y aunque no me haya hecho cortes, áreas grandes de la piel de mi cuello se quedan de color carmesí intenso (irritación, vamos; nada que haya inventado yo). En éste caso, bien por el producto, bien por mi incipiente pericia en el arte del afeitado o por ambas, la piel del cuello quedó del mismo color (pálido) que la de la cara. También sospecho que las lociones y/o bálsamos que uso habitualmente (en mayor o menor medida) potencian ese efecto. En el caso de la máscara de Elemis, parece ser totalmente neutra en ese aspecto (nunca me había pasado, hasta ahora).
8.- Propiedades hemostáticas
La capa seca muy rápido así que, salvo que te hayas seccionado la carótida (tal vez, incluso, aún así), ahí no sangra ya nada.
9.- Sensación en la cara
De placidez. Por otra parte, la cara se te queda con una tersura artificial provocada por la película de producto. Es como si te hubieras dado una base de maquillaje, o algo así. Eso durante los 15 minutos de actuación, se entiende. Cuando retiras la máscara con agua templada, la cara mantiene su sensación de placidez pero el tacto (y aspecto) ya es más natural.
10.- Sensación tras unas horas
La cara no la noto irritada en ningún momento. Al cabo de dos o tres horas me doy crema hidratante, pero no porque note la piel reseca sino porque tengo la sensación (y así se aconseja, además, en el propecto) de que es lo más adecuado dada la naturaleza del producto.
11.- Aroma
Aroma, lo que se dice aroma, no es que tenga. Más bien es un ligero olor como a arcilla o algo así. Como diría Ralph Bigun, huele a clase de manualidaaaaaades.
12.- Precio
25,60 libras (unos 30 euros) en Feelunique (web).
Como conclusión diré que, aunque de momento sólo lo he usado una vez (lo sé, lo sé... 40 flexiones; cuando lo pruebe más veces ya actualizaré con algún comentario), estoy bastante entusiasmado con este producto ya que, como ya he comentado, es la primera vez (que recuerde; a lo largo de mis 25 años de afeitarme, o así) que no se me producen rojeces en el cuello tras la aplicación del after.
También diré que en el prospecto recomiendan usarlo un par de veces por semana. Lo que no sé es si como mínimo (para mantener un buen tono) o como máximo (porque tenga algún efecto perjudicial acumulativo). En fin. El tiempo dirá.
¿Recomendado?
SI