fernando escribióLa conclusión que podemos sacar entonces es que cada producto ha sido concebido para un fin, que es el que tenemos que darle.
Parece una chorrada, pero utilizar los productos adecuados en los momentos adecuados y de la manera adecuada ayuda mucho a que los resultados de nuestro afeitado (y de nuestro asea diario) sean intachables
Estoy de acuerdo.
Yo lo hice porque leí en las instrucciones de alguna maquinilla antigua que se podía usar con cualquier jabón, aunque se recomendaba hacerlo con jabón de afeitar.
En mi opinión, supongo que el currito medio español, europeo o yanki no debía tener muchas opciones entre jabones hace 100 años, y se afeitarían con cualquier jabón. También en mi opinión, los jabones se harían en casa, con grasas/aceites usados, sosa y poco más, no creo que fuesen gran cosa en cuanto a fragancia, hidratación,etc., pero seguro que cumplian su cometido.