Todos los que tenemos la piel grasa nos aprendemos de memoria el dogma que las lociones nos van mejor. Y ahora que llega el calor, pues todavía más. A mi me encantan las lociones. Nada como un chorro de Floid una mañana sofocante, o un poco de agua balsámica en primavera... ya me entendéis. Y efectivamente notamos como la grasa se disuelve. Pero al cabo de unas horas, puf! Otra vez grasiento, e incluso diría que más que antes de afeitarme. En cambio cuando me pongo un poco de bálsamo, esto no pasa. Creo que he llegado a una conclusión: cuando la piel se seca excesivamente por efecto de la loción, la piel reacciona segregando más grasa para protegerse. En cambio, cuando se utiliza un bálsamo, la piel recupera un nivel de grasa más o menos normal así que no se da este efecto rebote.
Así que ya sabeis, si teneis la piel grasa, un poco de bálsamo puede ayudarnos a que no lo sea más.