Hola Pink_Floyd:
Pues yo creo que por un lado se trata de rendimiento y por otro de sensaciones.
En cuanto al rendimiento me refiero a la capacidad para hacer espuma de calidad, en buena cantidad y con rapidez. Si espumamos en la cara habrá que añadirle "suavidad".
Tal las brochas mencionadas tengan un plus en alguno de estos aspectos.
Te pongo por ejemplo mi caso: Yo empecé a afeitarme de manera tradicional sin saber lo que estaba haciendo. En mi casa siempre había visto a mi padre afeitarse con brocha y jaboneta (de ducha) y yo seguí sus pasos con una brocha sin nombre (y casi sin pelo) de tejón.
Con ella hacía "espuma" en un sentido bastante amplio de la palabra. Pero yo me afeitaba como un campeón.
Cuando empecé a leer un poquito, me hice con una brocha Omega de cerda de esas que venden en el Corte Inglés por 6 euros. Y vi que la espuma obtenida era "diferente". Más cremosa, más compacta, más abundante...
Pero esto tampoco cuenta mucho ya que con mi vieja brocha de tejón nunca había tratado de hacer espuma con un poco de fundamento. Así que no tenía con qué comparar.
Seguí leyendo un poco y descubrí las brochas Semogue, de las que todo el mundo hablaba maravillas. ¡Y me hice la misma pregunta que tú!.
Si mi Omega funcionaba bien tanto en un tazón como en la cara, con cremas, jabones y barritas... ¿Qué podía aportarme una Semogue?
Pero animado por las buenas críticas por parte de la gente (y por un interesante descuento en vintagescent.com) me hice con una Semogue 2000 y, en cuanto la recibí, me propuse salir de dudas.
¿La primera respuesta? Decepción. La brocha no levantaba espuma y se tragaba la poca que aparecía. Me resultaba dura, poco manejable. ¡Un trasto!
Pero le eché paciencia y fe (las dos herramientas que no deben faltar en el armario de todo aficionado al afeitado tradicional) y la brocha empezó a ofrecerme su verdadero potencial. Conforme las puntas se abrían, la espuma aparecía en mayor cantidad y de mejor calidad. Y la sensación en la cara era más agradable que con mi vieja Omega.
Había dado el salto "a mejor"
Pero tras darle una temporada de intenso trabajo a mi Semogue, se me ocurrió trastear un poco con la Omega de cerda y con otra pequeñita de tejón punta de plata que encontré en un armario (¡feliz hallazgo!).
Y me dí cuenta ¡oh sorpresa! de que la brocha de 6 euros que yo creía inferior se comportaba mejor con ciertos productos que el imponente pincel portugués. Y que aunque la suave brochita silvertip parecía llorar al ver un jabón, se convertía en un remolino de espuma cuando se trataba de trabajar con cremas en la cara...
Así que, casi por accidente, encontré la respuesta: Versatilidad.
No todas las brochas se comportan igual con todos los productos y no todas las pieles (ni todas las muñecas) son iguales.
Yo no tengo muchas brochas, ni he probado ninguna de las top, pero sí considero que un pequeño juego de brochas diferentes (y que perfectamente pueden ser económicas) pueden ofrecerte los recursos necesarios para mejorar con mucho tu experiencia de afeitado.
Desde aquí no puedo hacer otra cosa que invitarte a investigar, a probar, a curiosear, a DIVERTIRTE, probando jabones, brochas, cremas, boles, agua... en diferentes (y a veces, descabelladas) combinaciones hasta encontrar la que mejor se adapte a ti.
Pero, por encima de todo, eres tú, con tu experiencia, quien tiene que juzgar qué te aporta cada cosa.
Un saludo