Teiste escribióSe levantan las pasiones !
Amigos , "haiga paz" , que os conozco a los dos y os aprecio a ambos.
Y si , menos mal que hay opciones , tanto en el afeitado múlti hojas como él en clásico.
Está claro que somos un país de gente apasionada y de pasiones encontradas. Lo refleja la literatura, la pintura, el cine -vamos el arte en general-, la política, el fútbol, etc. Creo que, como ocurre en casi todas las actividades humanas, la cosas suelen ser más complejas de lo que pensamos. Aquí, en el asunto del afeitado se cruzan muchos factores, no sólo del afeitado en sí, sino también aspectos paralelos al mismo. Aparte de la cuestión meramente funcional de afeitarse, en esta pasión que compartimos, confluyen otros muchos aspectos tales como el ritual, la estética de nuestras máquinas y materiales diversos, las cuestiones técnicas, el placer, nuestros mitos más o menos declarados y, por supuesto, la publicidad.
ísta última lo abarca todo. Sin pretenderlo, nosotros mismos nos convertimos en agentes y argumentos publicitarios. Nuestras pasiones convencen a los demás, está claro, por lo menos en parte. Aunque ahora desapareciera toda publicidad, el formato que ha dejado en nuestro pensamiento y en nuestros deseos, haría que la reprodujésemos sin darnos cuenta. Se ha convertido en un programa básico del sistema operativo de nuestro cerebro. No podemos funcionar sin ella, aunque no seamos conscientes, aunque no queramos. Por eso, afecta tanto a las multihojas, como a las clásicas, o a las barberas, jabones... Nos presentamos en sociedad y deseamos publicitariamente, aunque la publicidad no estuviera ya.
De ahí, de todo este conjunto de factores, la dificultad en entendernos y la facilidad en confrontar. La virtud de la pasión -para mí lo es-, tiene efectos a veces indeseables. Nos pasa a todos. Lo que ocurre es que en este foro se hace más explícito. Por eso, me encanta cuando nos entregamos a nuestras pasiones y nos las comunicamos. Y, aunque a veces haya roces, debemos ser conscientes de que en el fondo entre nosotros hay más similitudes que con el resto de mortales. Si no, no estaríamos aquí, y no abriríamos un mundo en torno a algo tan secundario como afeitarse. A veces pienso que en muchos casos lo más importante para nosotros no es afeitarse, sino lo que lo rodea.