Para hoy por la tarde anuncian lluvia débil y más fuerte para mañana, por eso aproveché la mañana para darle a los pedales. En vez de sacar la bici vertical decidí sacar la reclinada para darle el primer uso y hacerle algunos ajustes. Llevo ya una buena temporada montándola con piezas de distintos orígenes. No tengo ni idea de mecánica de bicicletas pero buscando información y teniendo paciencia se llega a buen puerto tarde o temprano. Esto de ferracachar con lo que sea me entretiene y divierte en grado máximo y no creo que sea una sorpresa para nadie que me conozca mínimamente. Bueno, siguiendo con la bici, pues todavía le queda algún detalle pero en esencia está terminada. La quiero para hacer rutas largas por carretera aunque sin descartar salir alguna vez del asfalto por pistas en buen estado. Dejo la Mohaka para ciudad, recorridos cortos y caminos.
¿Por qué una reclinada (vélo couché, recumbent, Liegerad, kuŝbiciklo ktp.)? Buena pregunta. La respuesta rápida es que si existe algo raro, no convencional, me interesa. Ahora daré una respuesta más convencional. Adapté mi antigua Scott Mohaka para hacerla más cómoda y utilizable en terrenos mixtos. Pasé de no poder usarla por dolores de cuello, muñecas y culo a ser una estupenda compañera de mis paseos. Bien, pero necesitaba algo más, algo que me permitiese disfrutar más de cualquier recorrido, poder ir viendo el paisaje circundante desde una posición cómoda, relajada, sin forzar el cuello pero capaz de devorar quilómetros con eficacia. Buscando en la red me topé con el concepto de bicicleta reclinada, de sus ventajas e inconvenientes y me interesó lo que ví. Vale, me interesó porque es algo raro, no pongo más escusas tontas.
Dentro de las reclinadas las hay de muchos tipos. Tracción delantera o trasera, base larga o corta, ruedas iguales o distintas, asiento bajo o alto, urbanas o deportivas... Como no me interesa especialmente la velocidad descarté los estilos deportivos y me centré en las de base corta, asiento alto y ruedas de igual tamaño. Dudé entre 700 y 26 y al final puse las 26 con gomas de asfalto de 1,5 a 5 bar. Ya veremos cómo se comportan aunque las críticas de estas Vittoria Randonneur son más que buenas. 3 í 7 marchas. Frenos V por simplicidad, ligereza y eficacia. Timón central fijo. Pedales mixtos pero usando la plataforma para no matarme ahora al principio. Suspensión doble, que en una reclinada es más que recomendable, etc.
Ahora al tema, a mi primera experiencia con la reclinada. Me fui a una calle del campus que tengo al lado de casa. En fin de semana no tiene tráfico, solo algunos paseantes con sus perros. Pongo una marcha intermedia y aprieto la maneta del freno para que la bici no se mueva. Monto y me deslizo hasta que espalda y culo encuentran su posición sobre el ergonómico asiento. Pongo el pie derecho sobre el pedal, hago fuerza mientras suelto el freno, avanzo unos metros, más o menos dos, y al suelo. Repito esta hazaña varias veces, más que dedos hay en una mano y probablemente más que en las dos. Me he caído más veces en un rato que en toda mi vida. ¿Por qué? En una vertical cuando se va hacia un lado se corrige inclinando el cuerpo hacia el otro y dando un toque al manillar pero en una reclinada eso es imposible porque el cuerpo y la máquina son todo uno, a muy baja velocidad todo hay que hacerlo con el manillar y, creedme, un timón no se parece en nada a un manillar normal. Decidí seguir intentándolo mientras los codos siguiesen resistiendo sin hacerse el hueso visible y al final conseguí hacer varios recorridos en llano incluyendo paradas y arrancadas controlando cada vez mejor el timón y sintiéndome más confiado. En cada parada tocaba dar explicaciones sobre mi extraña montura al curioso de turno que se acercaba.
Otro día haré más intentos y aunque espero caerme menos veces tengo claro que de alguna caída no me libraré. Por lo menos uno se cae desde menor altura que de una vertical. El objetivo de hoy estaba alcanzado. A base de práctica lograré domar esta bici reclinada y pasado el tiempo no recordaré mis heridas teñidas de betadine sino lo que disfruté con ella. «No es el conocimiento sino el acto de aprendizaje, y no es la posesión sino el acto de llegar a ella, lo que concede el mayor disfrute» (Carl Friedrich Gauss).

Por cierto, se llama VK randonneur, lo que es una declaración de intenciones.