En la época en la que no sabía afeitarme, usaba multihojas y espuma de bote, y tras lavarme la cara con agua caliente (con jabón algunas veces, no siempre) y darme la espuma, un pase a favor y otro a contrapelo (muchas veces, sin reespumar :s ) y apretando como si no hubiera un mañana con cartuchos ya caducados por el uso, los resultados a nivel de irritación hacían que sólo me afeitase cuando había exigencias laborales al respecto, lo cual no es a diario, por suerte. Pero siempre me había "gustado" afeitarme e incluso había tenido crema Nivea y una brocha, de jovenzuelo, así que cuando descubrí esto... la frecuencia fue aumentando paulatinamente. De hacerlo dos o tres veces (como mucho) por semana, a hacerlo cada dos días y varios días seguidos, dejando alguno de barbecho entre medio. Ahora me he sorprendido con períodos de dos semanas de afeitados consecutivos sin mayores problemas de irritación o fatiga de la piel, y ahora puedo dejar uno o como mucho dos días de descanso a la piel a la semana, aunque lo normal es que me afeite a diario por varios motivos. Uno porque disfruto, otro porque luzco mejor en el trabajo y fuera, y otro porque las pieles que más quiero lo agradecen.
A día de hoy me he reconciliado con las multihojas con unos resultados sorprendentes, porque aplicando con ellas lo que me han enseñado las clásicas los resultados son fantásticos, pero... las clásicas siguen dando ese puntito más de apurado, ese puntito extra de diversión, ese romanticismo, ese entretenimiento... así que los días que hay prisa la mano se me va sin dudar a las Sensor o Mach 3, pero cuando quiero disfrutar, a las clásicas o a la Gillette Contour (esa cuenta como clásica, también 😃 ).