Me gustan los sombreros y las prendas de cabeza en general. En otoño e invierno uso boina a diario. Tengo unas 14, la mitad de Elosegui de Tolosa y la otra mitad de un artesano bearnes de Oloron Sainte Marie (la cuna de la boina) que en su día fuera responsable de producción en Laulhère, el último gran productor francés (competencia de Elosegui), antes de montarse por su cuenta. Ahora a traspasado el negocio a una señora que acaba de cambiar de local y de localidad, pero parece mantener la formidable calidad, a un precio algo más alto que el fundador, pero bastante más bajo que Laulhère.
En verano uso Panamá o chambergos varios de origen militar.
Eso es lo que más uso, pero tengo tres altillos llenos de prendas de cabeza, entre fieltros, gorras camperas, gorras de plato, sombreros de caza, incluidos tres deer stalkers, de cuando fumaba en pipa y le hacia un guiño a Sherlock Holmes, prendas de cabeza orientales y cascos coloniales...
Mi primera Elosegui. Me gusta un vuelo medio, no pequeño.
De visita a la fabrica de pipas Stanwell, en Dinamarca (la marca sigue existiendo pero la producción se ha deslocalizado - creo que a Italia - y la calidad ya no es la misma) antes de participar en el campeonato de Europa de Fumada Lenta en 2004, creo.
Con “chechia Tunsia” en Túnez, vestido para ir a la boda de un buen amigo, con una “Djebba” color “Khamri”, marrón con listas negras, muy tradicional, tejida y bordada en seda. La chechia, el gorro de fieltro grueso, rojo en Túnez y, a menudo, negro en la vecina Libia, tendria origen Andalusi... es mucho más grueso que el “tarbush” marroquí. El ramillete de flores de Jazmin o Fell, que llevo como los solteros heteros (en la oreja la derecha)llamado “mashmoun”, también es muy típico.
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