Siempre me han gustado las estilográficas y escribía con ellas desde la infancia, o sea que hace.... ni se sabe. Me encantaba aquello de comprar pequeños tinteros y recargar la estilográfica de émbolo, los secantes, la maravillosa tinta Pelikan azul brillante, etc.
Tuve que dejarlo con el paso del tiempo, porque al avanzar en los estudios me veía obligado a tomar notas y apuntes a todo trapo y, en el plano particular, porque a veces me encontraba con calidades de papel que no eran adecuadas para la pluma.
De la antigua afición conservo una Mont-blanc, una Parker en parte de oro, y varias Waterman y Pelikan, entre éstas últimas una verde de la infancia que llevé a la papelería habitual para que me cambiaran el plumín y se me olvidó ir a recogerla. Los de la papelería -que eran familiares míos- me la devolvieron al dar con ella dentro de un sobre con mi nombre ¡¡¡ 30 años después !!!. La emoción que sentí al verla y dar un salto a la infancia fue inenarrable. Incluso en el momento de escribir ahora se me han humedecido los ojos.
Cuando mis tíos cerraron el negocio me regalaron un tintero de 1 litro de tinta Pelikan azul-negra, en recuerdo a mi afición.
En fin, batallitas.
Saludos.