Quien dijo picante... hmm, rico, rico.
Aunque a mi me gusta, tampoco me paso, digamos que mi límite está en el Jalapeño. Me acuerdo de una vez que hicimos salsa arrabbiatta con un amigo, y le echamos media cabeza de ajos y siete guindillas. Media hora cociendose y un cuarto de hora reposando. Este colega mío no tiene sensibilidad al picante, os lo juro. Se puede comer tres guindillas una detrás de otra y ni siquiera sentirlo. Y el tío comiendo, comiendo y a mi que se me escapaban las lágrimas de los ojos con aquel potaje de fuego.