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<<..Era una madrugada tranquila. El verano henchía el aire, el viento soplaba a favor; el aliento del mundo era largo, tibio y suave. Bastaba levantarse y asomarse a la ventana para saber que éste era realmente el tiempo primero de la libertad y la vida, que ésta era la primera madrugada del estío.
Douglas Spaulding, de doce años, abrió los ojos y dejó que el verano lo meciera perezosamente en el aire de la noche. Acostado, sintió que cabalgaba en los elevados vientos de junio. De noche, cuando los árboles eran una única ola, lanzaba su mirada, como la luz de un faro, sobre enjambres de olmos y robles y arces...
...Todo un verano atravesaría el calendario, día a día. Como la diosa Siva en los libros de viajes, vio unas manos que iban y venían, recogiendo cerezas, melocotones y ciruelas. Se vestiría de árboles y arbustos y ríos. Se helaría, alegremente, en la puerta escarchada de la casa de los helados. Se tostaría, felizmente, con diez mil pollos, en el horno de la abuela...>>
(Ray Bradbury: El Vino del Estío)
Feliz verano, amigos...
...Y Feliz Invierno a los amigos del Sur profundo (el de "más abajo" del Ecuador).
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