Dr Dulcamara escribió
Frankincense escribió
Dr Dulcamara escribió
Dr Dulcamara escribió
Un dia como hoy, permitidme que ponga aqui, probablemente el mas mitico y añorado jabon patrio. No quiere decir esto que fuera el mejor, pero si que ocupa una posicion preeminente en la memoria olfativa de muchos de nosotros. Estabamos en pleno crecimiento, y esos aromas no se olvidan, seguro que algo influyeron en nuestra personalidad. Perdonadme, pero alguien lo tenia que poner. Humor Dulcamara.

Frankincense escribió
Hola Dr. Dulcamara, gracias por tu aporte.
Pues, romanticismo aparte, es el jabón más sencillo (y barato) posible: esteárico para dar cuerpo a la espuma, coco para hacerla, glicerina para suavizarla, y hidróxido potásico y sódico para saponificar. Del perfume ya nos cuentas. Supongo que bien prensado, duraría mucho. ¿Cuál era?.
Pues es el añorado Myrurgia. El que usaron muchos de nuestros padres, y con el que yo jugaba a afeitarme subido a un taburete, delante del espejo y lavabo de porcelana con grifos de cruceta. En una mano la maquinilla de mi padre sin cuchilla, y en la otra su brocha, una de aquellas tipicas de madera clara, probablemente boj, y virola de estaño o algo parecido.
Aqui una foto de mi reserva personal. Dispongo de la barrita años setenta, sin etiqueta de composicion, mas corta y de mayor diametro, y mas amarilla, y una de las ultimas que se fabricaron, esta si que lleva la etiqueta, y es algo mas larga y estrecha, y mas blanca. Las bases de plastico tambien son diferentes.

Sobre el aroma, permitidme que copie la descripcion que hizo Rafael, un señor de Sevilla, en un foro de afeitado, allá por el año 2011.
"El aroma de Myrurgia es simplemente de eso, de "jabón limpio", huele como al pasar junto a una vara de nardos, a geranios cayendo en cascada sobre el blanco encalado, a moña de jazmines prendidos en una horquilla morena, al elegante y fino manotazo de la dama de noche, a la ropa recién recogida del tendedero de la azotea, a polvos de talco en el cuello de nuestra infancia. Pero además tiene su propio sonido, porque suena canarios en la fachada de la barbería, a radio de válvulas, a la entrañable voz de nuestros abuelos y la de sus sabios barberos, suena a radionovelas de nuestra infancia, al "parte" de las ocho frente al espejo y en camiseta de tirantas, suena a una España rancia y cañí, suena a Myrurgia."
Dr. Dulcamara, leer tu preciosa y precisa descripción de esos añorados años de inicio en el arte del afeitado es un auténtico placer (la poesía del señor Rafael también, en particular). Gracias.
Gracias a ti, compañero. Conjugar el romanticismo y los recuerdos olfativos con la ciencia y la disección de las formulaciones, haciéndolas comprensibles para los vulgares mortales, es un lujo que podemos permitirnos gracias a tu generosidad, y por el que debemos estarte agradecidos. Propongo que @[borrado] ponga enlaces al post con tu explicacion en las revisiones de los jabones en el foro.
En otro orden de cosas, el verbo conjugar me trae a la memoria que creo haberte leido que hacer jabones tiene tanto de arte como de ciencia, o algo parecido. Ahora no lo encuentro este comentario, pero me parece que algo asi escribiste. Y esto me recuerda lo que experimento cada vez que mi amigo Cyril y Karinne vienen a Barcelona y cenamos junto con Manuel. Cyril es quimico de formaciony profesiony fabrica los jabone Le Pere Lucien. Manuel es el conocido como Jabonman. Tenemos conversaciones de brochas y de jabones, entre tapas españolas, buen jamon y tortilla, y comno, vinos o cervezas, y cava catalan, que Cyril y Karinne aprecian. Me encanta ver y escuchar como comparten sin ambajes informacion ambos amigos. Detalles tecnicos sobr aceites esenciales y sus propiedades y efectos, junto con las precauciones, informacion de proveedores aqui y en Francia don de comprar ambos buenas materias primas, y trucos sobre el procesado. Cada maestrillo tiene su librillo. Y lo que mas me gusta es ver el respeto y el aprecio mutuo que ambos tienen el uno por el otro, y como Cyril aprecia y valora la informacion y la opinion de Manuel, que aunque no tiene una formacion reglada sobre el tema, yo pienso que tiene un don para ello. Eso es maravilloso. Y el uno y el otro lo saben. Karinne y yo tambien.
Hablemos un poco en este hilo, no solo de aspectos tecnicos de formulaciones, sino tambien del alma de los jabones. Nos divertiremos. Este hilo va a ser un best seller.
Una gran suerte para los maestros jaboneros que me citas, poder disfrutar de tu compañía. Y tu de sus conocimientos (y viceversa). Adivino que habéis hablado en alguna ocasión de la complejidad de las formulaciones modernas, y por oposición, de la fama de otras muy sencillas como el icónico MdC. De la navaja de Ockham en los jabones: Pluralitas non est ponenda sine necessitate. No hace falta poner más cosas de las justas necesarias. Acabamos de ver en este hilo formulaciones muy básicas, de 6 ingredientes, que ya son un buen jabón per se. La anti-navaja de Ockham, en jabones, sería que si 6 ingredientes funcionan bien, en vez de sólo 5, entonces está justificado poner un séptimo, para que funcionen mejor, y luego un octavo, y así sucesivamente....esa es la pregunta que yo os haría. Y ninguna más, porque yo de jabones no sé, y además en un entorno como el descrito: "entre tapas españolas, buen jamón y tortilla, y como no, vinos o cervezas, y cava catalan" yo me dedicaría a comer, que es en realidad de lo que si que sé. Y de cocinar.
Mi padre, no me enseñó, que yo recuerde, a afeitarme, como fue su caso, amigo Dulcamara. Para él, hombre rústico y sencillo, el mundo de los afeites era accesorio y banal,pues era muy austero y Machadiano: " mas no amo los afeites de la actual cosmética, ni soy una ave de esas del nuevo-gay trinar". Lo que me enseñó es a hacer paella (soy valenciano). Y a mi hermano.
En mi juventud, durante décadas ya pasadas y aún ahora, cuando yo volvía, cansado del mundo, a mi pueblo natal, a reposar mi espíritu y a recobrar mi esencia, a mi humilde valle enclavado entre montañas y cursado por un río magro, competíamos mi hermano y yo cocinando paella. La auténtica con arroz bomba, su conejo y su pollo, su garrafó y su bajoqueta, su sofrito de tomate. 6 ingredientes (la sal, la ramita de romero, el pimentón y el agua no los cuento, vale, es que si no, perdemos la metáfora aritmética con lo de los jabones, cierro aclaración). Se puede tocar el cielo y halagar el estómago sólo con esos ingredientes. No hace falta más. Nunca se nos ocurrió, a ninguno de los dos, empezar a ser creativos, para competir y superarnos, a costa de pervertir nuestra herencia culinaria. Un día le pondré pulpo, a ver qué tal, otro le pondré bacalao, y además unos guisantitos, y ya puestos unos pimientos del padrón. No. Lo que está bien, ya está bien, porque es sencillo, es tradicional y cuando lo cambias, es otra cosa.
¿ Realmente es necesario tanta formulación y tanta complejidad para afeitarse con un buen jabón?. Ya nos has dado la respuesta con la barrita Myrurgia.
Por cierto, mi padre me decía: “Xiquet, per a saber si una paella está bona, no cal saber fer paelles, Però per a criticar-les, si”.
Y en eso andamos con los jabones todos, no sabemos hacerlos, pero sabemos cuando son buenos. Pero Dios me libre de criticar severamente ninguno.