fredyx escribió
Ha estado la cosa muy ajustada sí señor, por lo que veo el aroma ha sido un punto bastante decisivo (quizás el que menos valoro yo de todos los parámetros juzgados).
Amigo @"fredyx" gracias por todos tus amables comentarios siempre y por tanta atención como me prestas, me siento muy halagado.
Tienes toda la razón en lo del perfume.
Unos jabones hechos por un mismo artesano, con la mismas técnicas de cocción, con ingredientes de calidad, con cariño, difícilmente son malos, y difícilmente diferentes. Hubiera sido muy poco normal, regalar jabones a sabiendas de que son malos. Respecto a mi voto, cierto que es muy ajustado ¿ Qué marcó la diferencia?. Dos cosas, el perfume, fundamentalmente, y el sobreengrase, en menor medida.
Ahora que nos nos lee nadie, te haré unas confidencias personales. Yo llevo poco tiempo haciendo jabones de afeitar, apenas tengo una colección de 20 formulaciones. De jabones de baño llevo ya unos años, y sin exagerar, habré regalado unos 50 kgs, de otras 30 formulaciones distintas, a docenas de personas, entre familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, etc. Cuando regalas el jabón, no importa como esté embalado, la reacción natural, la primera que observo, es que lo huelen. Es así. La gente lo que espera de un jabón, en primera instancia, es que huela bien. Y todos nosotros también, no vamos a ser una excepción. Y los fabricantes y artesanos lo saben. Por eso no cambian sus formulaciones, las mantienen fijas, y lo que si cambian son sus perfumes. ¿ Por qué?. Porque la piel no nos dice mucho sobre la calidad del jabón. Un jabón es un jabón. Con que haga espuma, de cremosidad y densidad más o menos regulable con el agua (como ya sabes, sólo con coco y estearato eso se consigue) ya está. La piel es un órgano que resiste bastante bien todo lo que le eches, tiene poco rango dinámico para la sensitividad organoléptica. Te dice si hace frio o calor, si quema o és caústico o irritante. Pero no distingue el aceite de oliva del de Neem, el olfato si. El olfato es otra cosa, es muy sensible y tiene una capacidad para discriminar paletas de olores diversas en intensidad y calidad.
Arko es un buen jabón. Cella es un buen jabón. Pueden ser despreciables por su perfume. Pero poniendo sobre esas bases jabonosas simples un perfume exquisito, triplicarían automáticamente su precio y aprecio. La Toja barrita es un grandísimo jabón, y ya huele bien, para mi gusto, pero quizás es demasiado barato para saciar el esnobismo de algunos clientes.
Ya sé que es muy obvio todo lo que explico. Pero es la piedra angular que determina el marketing, el mercado, la oferta y la demanda actual en los jabones de afeitar: el perfume.
No es que sea importante, es posiblemente lo más importante. Y lo que marca la diferencia.
Sin embargo, en mi opinión personal, es un error esa orientación. El perfume se va por el desagüe, rinde una efímera exposición durante el afeitado, por supuesto que lo hace más agradable, pero la función de un jabón de afeitar debe ser proteger, acondicionar y reparar la piel de la agresión de la cuchilla.
La desgracia de tener una piel delicada, como es mi caso, afectada de dermatitis seborreica, me hace sensible a ciertos agentes agresores. Por eso me inicié en esta ruta jabonera, hace algunos años. Y por eso presto atención a las formulaciones, a la química innecesaria, al respeto a la piel, a la eudermia. Incluso cuando yo empleo aceites esenciales naturales para perfumar un jabón, estoy pensando en su propiedades para el cuidado de la piel, que las tienen. Por eso evito las fragancias artificiales.
La educación olfativa la adquirimos ya desde niños. La educación dermatológica, amigo, en pieles normales, es accesoria o incluso innecesaria. Sólo las pieles sensibles agradecen un buen jabón. Aunque no huela a rosas.