Indesio escribió
El tostado es otro arte dentro de este mundo. Me apetece tostar en casa y tengo un termómetro tipo láser para controlar las temperaturas. El grado de tueste creo que lo podré controlar.
Lo del bar cutre me ha recordado algo a medio camino entre una película de Torrente y un capí¬tulo del Cuentamé de la 3ª temporada. :descojone: :descojone: :descojone:
Salu2.
Indesio.
Pues con una sartén de acero normal (no antiadherente, que le puede dar mal sabor) y un fuego a toda leche lo tienes bien fácil. Básicamente te tienes que fijar en los "cracks". Cuando los aceites del café suben a la superficie del grano abren un poco la hendidura que tienen los granos en el medio, un poco como una palomita de maíz. Entre el tueste canela y el tueste de Nueva Inglaterra/City (dependiendo del café) vas a oír el primer "crack", que lo dan todos los granos más o menos a la vez. Luego, antes del tueste vienés vas a oir el segundo crack. A partir de aquí, el café ya va perdiendo su sabor original y va ganando en matices de tostado. El tueste español ya son granos absolutamente inservibles que sólo saben a requemado (el italiano tres cuartos de lo mismo). Justo después se oye el tercer "crack" que va acompañado de llamaradas. Te recomiendo que para el primer tueste, una vez oído el segundo "crack" los quites immediatamente del fuego.
Otros consejos: pues fuego muy fuerte, sartén muy caliente (tira una gota de agua y se tiene que evaporar al instante), extractor funcionando (hace muuucho humo) y, sobretodo, remover, remover sin parar con una cuchara de madera. Te despistas un momento y la mitad del café se habrá quedado inservible. Yo te recomiendo que empieces con pequeñas cantidades, de 50 g en 50g, porque, si te sale mal, no hayas desperdiciado mucho café (a parte de es más fácil controlar temperatura, color...). Una vez sacados de la sartén hay que enfriarlos tan rápido como puedas porque se van a seguir tostando solos hasta que estén fríos. Mételos en una escurridora, y, si puedes, sal al aire libre y ve sacudiéndolo, para que se desprenda la piel de los granos a la vez que se enfrían con el viento. Si no puedes, ve pasándolo entre dos escurridoras, pero después te tocará barrer la cocina, porque los granos van dejando la piel. Ah, y por más tentaciones que tengas, espérate al día siguiente para preparar la infusión, para que se vaya el olor a tostado y se "asienten" los aromas naturales del café.