Hola
hace bastante tiempo fui aprendiz de laudero en especial guitarras, no se tocarlas soy muy malo, :hmm:, fue fascinante el proceso, me especialice en crear las barras armónicas, de las ultimas eran tipo Smallman, participe haciendo barras tipo Romanillos, Rodrigues, Fleta, una de infinidad de barras copiando a los grandes maestros, aunque más me fascinó fue el sonido lastimero de las armónicas simples de las guitarras criollas, que se hacen por estas tierras, y el sonido percusivo de las guitarras flamencas.
fue una época de afilado y polvo, lijar y lijar afilar y afilar, todo para sacer un sonido de piano. Yo quería una guitarra.
Casi todas las maderas exóticas eran seleccionadas para hacer guitarras clásicas, buscando potencia y un sonido lo más cristalino posible, a decir verdad estas suenan como pianos, fue ahí cuando conocí las bubingas, los ébanos, cocobolos, palos de rosa, etc, y claro el palo escrito mexicano.
Pero el sonido del pino, del cedro, del nogal y del ciprés, se acerca más a un sonido más rustico y tradicional, vamos, lo que se escucha en las noches con los amigos, la serenata de la amada y luego claro el sonido que se escucha luego de las fiestas, :sisi2:
Conservo dos guitarras mal hechas de aquella época, y material sin terminar, y algunas maderas que no se si usarlas para hacer guitarras o cachas de navajas.